Joaquín Pazos Canto procedía de la localidad serrana de Ubrique donde había nacido en 1882. Allí se casó con Isabel Benítez Canto, llegando a San José del Valle en torno a 1926 para poder trabajar la tierra en terrenos pertenecientes a la finca La Peruela cuyo dueño había sido el Conde de Morphy.
De una manera u otra, la llegada de Joaquín Pazos y su familia al Valle correspondía a la necesidad de trabajo y la oportunidad que se presentaba en estas colonias creadas a raíz de parcelaciones privadas y tuvo la capacidad de ser arrendatario de pequeños trozos de tierra, incluso formar una pequeña cuadrilla de hombres entre los que se encontraban José Crespín Gómez, Antonio Lobato (a) el Quince o su propio hijo Antonio.
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931 dieron la victoria en las principales ciudades españolas a las candidaturas republicanas. Dos días después el rey marchó al exilio y se proclamó la Segunda República. No obstante la llegada de la República al Valle no fue inmediata. Tras las elecciones constituyentes celebradas en junio de 1931 donde, sin la presión caciquil y las candidaturas de las derechas desorientadas, hubo una aplastante victoria de las izquierdas representados en la coalición republicano-socialista, es cuando la alcaldía será entregada a Joaquín Pazos Canto. No debió ser fácil desempeñar la alcaldía pedánea. Las políticas laicas no tardaron en aparecer, más en una localidad donde los Hermanos Salesianos poseían tanta influencia y poder.
Joaquín Pazos no desempeñó su papel de alcalde pedáneo durante toda la República. Debió ser destituido, como ocurrió en la mayoría de los gobiernos municipales, a raíz de la Revolución de Asturias a finales de 1934. Los recuerdos familiares así como documentos lo vuelven a situar en dicho cargo en 1936. Las terceras elecciones gubernamentales se celebraron en febrero de dicho año y dieron la victoria a la coalición de izquierdas aglutinadas en el Frente Popular.
Parece ser que con las noticias del golpe de Estado del 18 de julio de 1936 hubo algún conato de defensa el cual debió ser sofocado pronto al caer Jerez en manos golpistas en los primeros momentos. Tenemos constancia es del tremendo giro que dio su vida y la de los suyos a partir de entonces. El 27 de julio de 1936 asaltan la tienda un grupo de falangistas. Isabel suplicó que no hicieran más destrozos en la tienda y ese mismo día los sublevados se llevaron, junto con otros jóvenes del Valle, al hijo mayor, Antonio.
Joaquín Pazos se vio obligado a huir hacia La Sauceda que había quedado en manos de la República. Cuando a finales de septiembre dicho poblado fue bombardeado y destruido por los golpistas, Joaquín pasó a Málaga para posteriormente continuar hasta Almería -desconocemos el hecho de si vivió la llamada Desbandá-, y finalmente recalar en Valencia donde quedó hasta el final de la contienda.
La familia Pazos Canto fue expulsada de las tierras donde vivían y trabajaban. Lo perdieron todo, logrando refugiarse en un pequeño huerto en la zona del Pilar con un cuarto donde se vieron obligados a malvivir. Sin embargo la peor parte le tocó al hijo mayor: Antonio Pazos Benítez que tras varias semanas detenido en Medina Sidonia fue asesinado desconociéndose el paradero de sus restos a día de hoy.
Los recuerdos familiares fechan el regreso de Joaquín a la provincia de Cádiz en 1940. A su llegada al Valle fue detenido y trasladado a Jerez donde la justicia militar franquista lo enjuició. Tiempo después a su regreso al Valle Pazos Canto pudo hacerse con un burrito con el cual iba por los campos vendiendo vino. El último alcalde pedáneo republicano de San José del Valle falleció en 1965.