En Conil el nuevo régimen no tuvo ningún problema para que triunfara y el día 21 de julio de 1936 ”los fascistas y un grupo de “regulares” tomaron el ayuntamiento y comenzaron a detener a todos aquellos “señalados” que encontraron en su búsqueda”, tal y como apunta en su estudio sobre este episodio de la historia de Conil, la historiadora Magdalena González.
Los fieles a la república no mostraron ningún tipo de resistencia ni manifestación violenta, apareciendo de esta forma un nuevo régimen que se caracterizó fundamentalmente por ejercer la violencia para controlar a la sociedad. Siendo objeto de persecución y represión fundamentalmente las clases más populares, aquellos trabajadores que junto a la clase política había sido más activos en su lucha social y democratizadora y en la que los falangistas del pueblo y la oligarquía tradicional local veían el azote a sus privilegios y ostentación del poder local
La confusión se expandió por el pueblo y a sus gentes en los primeros días tras el alzamiento militar, siendo nombrada una comisión gestora que estaría compuesta por Tomás Iglesias Romero, Juan Camacho Núñez, Miguel Fernández Camacho. Se procedió a la búsqueda del alcalde socialista y de otras personalidades importantes del cabildo, actuándose con gran violencia al ir derribando puertas durante la búsqueda y tomando el pueblo por la fuerza.
Pese a no haber resistencia la represión no se hizo esperar y se hizo notar en un pueblo que fue testigo del miedo y la incertidumbre del momento, que veía cómo unos huían y otros se escondían ante las noticias que iban llegando de pueblos cercanos como Vejer. Lo cierto es que la inexistencia de resistencia ni acciones violentas por parte republicana no evitó la virulencia represiva del nuevo régimen sobre las personas detenidas, muestra de ello fue el asesinato de siete de ellos el día 8 de septiembre, el mismo día de la Patrona de Conil, la Virgen de las Virtudes. Un día marcado para la población conileña y que marcaría la vida de muchas familias para el resto de sus vidas. Unos días después asesinaron a dos hombres que capturaron en el campo, para finalmente, asesinar a un joven tenían recluido el mismo día de la Inmaculada.
Como apunta Magdalena González, “La dictadura franquista tuvo consecuencias terribles para la mayor parte de la población. Se vio condenada a vivir en la pobreza, el miedo, el atraso y la ignorancia.”