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El golpe militar triunfa en Barbate

El golpe militar triunfó en Barbate desde el primer momento. La acción del alférez de Carabineros, Julián Merelo, y del cabo de la Guardia Civil, Agustín Naval Mellado, permitió que la situación quedara controlada, incluida la de Zahara de los Atunes, cuando al día siguiente  el mando de la Guardia Civil leyó el Bando de Guerra en la plaza Marqués de Tamarón.

Durante los primeros días se detuvo a 24 personas, consideradas como “dirigentes y significados elementos del Frente Popular”, pero no lo consiguieron con otras 18, sobre las  que estaba previsto hacerlo.

Además de las detenciones, se produjo también la huida, o intentos de hacerlo, hacia la zona republicana por parte de mucha gente. La provincia de Málaga era la única colindante con la de Cádiz donde no había triunfado el golpe, por lo que, sin saber el número, muchas personas tomaron esa dirección desde Barbate.  Pero, quizás la mayoría, estuvieron también quienes se escondieron, dudaron o intentaron pasar desapercibidos. 

El orden militar quedó, pues, establecido en la localidad desde el primer momento y junto a la sucesión de detenciones empezaron a darse las primeras ejecuciones, sin que sepamos cuándo ni dónde tuvieron lugar.

Las primeras víctimas mortales, en el mes de julio, fueron Manuel Abel Romero, socialista y maestro en Zahara de los Atunes; y Francisco Braza Basallote, vecino de San Ambrosio y concejal socialista en el Ayuntamiento. Luego siguieron las muertes de Francisco Tato Anglada, Alcalde Pedáneo y miembro de Izquierda Republicana, a finales de agosto; el marinero Antonio Oliva Ramírez y el mariscador Juan Porta Crespo, los dos de la CNT, entre agosto y septiembre; y Francisco Domínguez Benítez, también de la CNT, en octubre.

Meses después fueron asesinados otros tres afiliados de la CNT: el almadrabero Francisco Utrera Rivera, quizás en febrero de 1937; y los marineros José Melero Ladrón de Guevara y José Utrera Rivera, en marzo, como consecuencia de un consejo de guerra.

En todo el municipio de Vejer empezó a cobrar formalidad el nuevo poder local, tanto en su vertiente institucional como en la que se derivaba de FE y de las JONS, el partido que acabó erigiéndose en el baluarte político del momento. En las aldeas de Barbate y Zahara de los Atunes, aun cuando dependían política y administrativamente del municipio matriz de Vejer de la Frontera, también se aprovechó la autonomía que les confería su carácter de pedanías para extender la nueva forma de entender la autoridad. 

Fotos: Colección Particular de María José Núñez 

Jesús María Montero Barrado