Francisco Fernández, cuñado de Pepe Suarez, era el secretario local de la UGT, decide quedarse argumentando que no había hecho nada que pudiera molestar a nadie y que por tanto no lo detendrían.
A Francisco Fernández se lo llevaron a Medina junto con el alcalde de Alcalá y un tal Parrita, también de Alcalá, los cuales fueron fusilados (25 de agosto) y enterrados en San José del Valle.