Catalina Silva Cruz ya formaba parte junto a su hermana María Silva Cruz y Manolita Lago del movimiento anarquista femenino. Mujer valiente, activista y luchadora, viviendo muy de cerca los sucesos de 1933 de los que pudo escapar pese a estar muy cerca de la choza y ayudando a muchos vecinos de la zona a escapar tras el alzamiento de julio de 1936.
Escapó cuando asesinaron a su hermana María, llegando a la frontera con Francia. Una vez en Francia la presión no le permitió cesar en una lucha continua por sobrevivir, ya que la amenaza de ocupación nazi por un lado, y la desconfianza que tenían las autoridades francesas ante tantos refugiados por otro, le mantuvo en permanente estado de alerta ante cualquier situación de peligro.
Finalmente murió en Montauban, Francia, el 11 de agosto de 2017 cuando contaba con más de 100 años de edad, falleciendo así la última superviviente de los Sucesos de Casas Viejas.